Locales 16/03/2025
Tareas en Bahía Blanca
Alejandro Cotignola, segundo Jefe del Cuerpo de Bomberos de nuestra ciudad, encabezó el equipo de trabajo que viajó a la ciudad de Bahía Blanca y efectuó una reseña de las tareas desarrolladas en aquella ciudad. Las imágenes son desoladoras y las historias de los vecinos y vecinas, dramáticas. También hace mención a la profunda emoción que sintieron por el amor y el cariño recibido de parte de las víctimas de esta terrible tragedia que aún no finalizó.
EL VIAJE
Llegamos a Bahía Blanca el miércoles 12 a las 07:00 y fuimos al lugar de las tareas de comando donde se distribuían y salían los despachos. Ahí nos pasaron direcciones donde existían necesidades de los vecinos y ya había distintos grupos de trabajo de 4 a 10 personas, que se distribuían las tareas de búsqueda de las chiquitas desaparecidas y otros a hacer limpieza y desagote de subsuelos en subestaciones eléctricas o sótanos de cocheras y de casas que nos tocó a nosotros trabajando doce horas seguidas ese primer día en lugares donde había transformadores debajo del agua. La idea era restablecer la energía cuanto antes. Lo mismo se hizo en un montón de viviendas en la misma situación. Y había autos que habían estado dos metros debajo del agua y al flotar habían chocado con los techos. Lugares donde había 150 mil litros de agua y allí trabajaron hasta 6 motobombas. Un trabajo lento para permitir desagotar y poner en funcionamiento los equipos en los edificios y viviendas.
También trabajamos en un complejo de monobloques con 300 viviendas. Cada tira tenía un sótano y todos tuvieron un metro y medio de agua con las cajas de luz, las térmicas y los medidores abajo. Todo eso junto a la irritación de la gente con varios días sin energía, sin poder trabajar y con una gran pérdida de mercaderías. Y a todo eso sumarle el problema de la inseguridad, incrementada por la falta de iluminación. Luego se siguió en la búsqueda de las nenitas sin suerte y se encontró el cuerpo de otra persona.
LA CIUDAD
Está muy afectada en la zona céntrica donde estuvimos nosotros y a cada paso encontramos todo lo que los vecinos han sacado a las veredas y la calle. Es muy triste y angustiante ver desde fotos de familia, papeles, muebles antiguos, ropa, modulares, sillas y mesas. El agua arrasó y quedó devastada la ciudad.
Cuando en el exterior había más de un metro de agua, al líquido comenzó a entrar a las viviendas rompiendo vidrios y lo que encontrara a su paso. Y venía con barro, piedras y lo que encontraba a su paso. y comenzaron a circular líquidos cloacales con el olor que produce el agua que ya estaba contaminada.
CERRI
Cerri, localidad lindera con Bahía, fue una de las zonas más afectadas y las vías del ferrocarril se corrieron dos metros y, por la fuerza de las corrientes, arrancó los tornillos de los durmientes. Hubo más de tres metros de agua y desboró el arroyo Napostá que quedo obturado por árboles y autos lo que provocó el desborde total que permitió el ingreso de grandes caudales de agua a Cerri. Nosotros estuvimos trabajando a diez cuadras de ese arroyo y había casi 1,50 metros de agua.
Conversamos con vecinos que tenían el agua a la cintura y en diez minutos ya les llegaba al cuello. Uno de ellos con su esposa y dos hijos, perdió todo y logró refugio mientras veía que su vivienda se convertía en río y todo lo que tenía se lo llevaba la corriente. Con cada persona que hablamos tenemos una historia. Hay gente que está sola, hay gente mayor que dice que nadie la ayudó. Y ahí estamos los Bomberos, con la gente común, la que nos necesita. Y ahí estamos porque nos gusta, porque amamos ayudar al prójimo y amamos esta profesión. A eso nos lleva la vocación.
EL BALANCE Y LA EMOCIÓN
Fueron un miércoles, un jueves y un viernes de arduo trabajo. Estuvimos alojados en Cabildo, a 50 kilómetros de Bahía Blanca porque en la Ciudad no había lugar para tantos bomberos. Hicimos un trabajo fenomenal para tratar de colaborar para poner de pie a Bahía. Todos los días con el Google Maps conocíamos direcciones y lugares para desarrollar nuevas tareas. Y la gente a la que el agua no le llegó se sumó a esta enorme tarea con una hermosa empatía. Para alcanzar agua o comida o lavandina que no había. Nos emocionamos con el cariño que recibimos de la gente que no podía entender cómo era que hacíamos casi 600 kilómetros para ir a ayudarlos y nosotros no sabíamos cómo agradecer tanto amor y reconocimiento".
¡Felicitaciones!
FOTOS: Bomberos
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